Eso es lo que ha dicho el CEO de Google, Eric Schmidt -entre otras cosas muy interesantes-, en una entrevista concedida a la publicación Telegraph, concretamente esto fue lo que declaró en relación al Nexus One y un posible Nexus Two:
La idea de hace un año y medio era la de hacer del Nexus One un intento por promover y dar un empujón a la telefonía y a su hardware hacía delante. Evidentemente, lo conseguimos. Y ha sido tal el éxito que no tenemos necesidad de hacerlo una segunda vez. Nos gustaría pensar en esto como algo positivo, aunque la gente nos criticó por ello. Nos gusta esta flexibilidad, creemos que es una característica que denota agilidad en nuestros movimientos.
Tras leer esto yo me pregunto ¿pero es que alguien de verdad creía que habría un Nexus Two? Vale que siempre está bien tener confirmación directa de lo que sea, pero los rumores de un Nexus Two carecían de sentido desde el comienzo viendo por una lado como se ha desenvuelto el Nexus One en el mercado y por el otro como lo ha hecho Android.
Le pese a quien le pese el Nexus One no ha funciona todo lo bien que se esperaba a nivel ventas por varias razones que no vienen al caso -que quede claro que no estoy diciendo con esto que el Nexus One sea un terminal malo-, lo que realmente a Google le ha dado igual y aquí es donde llega el quid de la cuestión: el negocio de Google no está en el hardware sino en el software. Está bastante claro que los dos objetivos prioritarios que perseguía la empresa de Mountain View con su smartphone eran darle un impulso a su sistema operativo móvil y fijar los mínimos en cuanto a características técnicas que los terminales Android deberían llevar desde ese momento en adelante.
Quizás si se hubieran vendido más unidades, muchas más en realidad, si que hubiéramos asistido al lanzamiento de un Nexus Two ya que tendría sentido, pero con el nivel de ventas que ha recogido el Nexus One unido a que los dos objetivos prioritarios que se marcaron si que se han cumplido, perder tiempo y esfuerzos en desarrollar una segunda versión del terminal carece de sentido. La conclusión final está clara: Google ha conseguido lo que quería con el Nexus One, posicionar Android muy bien en el mercado, por lo que han eliminado el factor terminal de la ecuación y centran la estrategia para seguir impulsando su sistema operativo móvil únicamente en forjar alianzas -y cuidar las que ya tienen- con grandes fabricantes del sector (HTC y Motorola principalmente), algo que les ha dado muy buenos resultados.
Personalmente si que me hubiera gustado ver un Nexus Two golpeando el mercado ya que con el Nexus One hicieron bien los deberes y ciertamente establecieron unos mínimos en el sector muy decentes en cuanto a hardware, de lo que se desprende si seguimos la lógica que hubiera pasado nuevamente lo mismo con el lanzamiento de un Nexus Two. Sea como sea hacer elucubraciones sobre lo que hubiera pasado o no nunca tuvo mucho sentido ya que por lo explicado estaba bastante claro desde el principio, a pesar de las insinuaciones vertidas por Google en la presentación de su smartphone, que no habría un segundo terminal con la marca Google, pero por si aún quedaba algún despistado las declaraciones de Schmidt terminan definitivamente con toda opción de elucubración.
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