domingo, 7 de marzo de 2010

Sobrevivir a un accidente, morir por una meada

No se puede tener suerte dos veces en el mismo día. Roy Messenger, de Grays Harbor County, Washington (EE.UU.) es prueba de ello.


Roy, de 50 años de edad, por alguna extraña razón se estrelló con su coche contra el poste de una línea eléctrica. Afortunadamente no pasó nada. El señor Messenger llamó por su móvil a su familia para decirles lo que había pasado y que fueran a buscarle porque no se encontraba en condiciones para ir hasta casa.

 

Así que un familiar fue a buscarle. Pero cuando llegó al lugar indicado se encontró con el cadaver de Roy tirado en el pavimento. Aparentemente algo inexplicable.

Cuando la policía se presentó para levantar el cuerpo se dieron cuenta de que Roy tenía “cierta parte” de su masculina anatomía al aire y de que a sus pies había un cable de alta tensión, probablemente caído a consecuencia del impacto del coche contra el poste.

Ataron cabos y dedujeron lo siguiente: después de haber sobrevivido al accidente, Roy sintió la imperativa necesidad de vaciar su vejiga (no está claro si por el susto o porque había bebido mucha cerveza, lo que de paso explicaría el por qué del accidente). Se abrió la cremallera y se dispuso a “vaciarse” sin darse cuenta de que, a sus pies, estaba el cable de alta tensión.

Al parecer el chorro sirvió como conductor, la electricidad invadió el cuerpo de Roy y le dejó “seco”. Mala, y mortal, suerte.

Aunque, claro, lo expuesto es sólo una teoría. Quizá detrás de la muerte de Roy haya algo más misterioso e inquietante. Si a alguien se le ocurre, que lo diga, por favor.

Fuente: nopuedocreer


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