1. Durante los Juegos Olímpicos de Sidney (2000), los organizadores dieron 70.000 condones. Pero se quedaron cortos y hubo que encargar 20.000 más.
2. Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Pekín (2008) encargaron 100.000 y no hubo peticiones de más ni devoluciones. Quizá porque en los envoltorios venía la clásica cita deportiva “más rápido, más alto, más fuerte” y los deportistas se los quedaban recuerdo.
3. Los organizadores de las Olimpiadas de Invierno de Vancouver (2010) han tomado nota del dato anterior y han encargado otros 100.000 condones. Y es que ya se sabe que en los juegos de invierno hay que procurar estar calentito.
¿Qué significa eso? Según los cálculos hechos por algún becario del USA Today(traducido por “Estados Unidos al día”) eso supone un total de 14 preservativos por deportista, entrenador y oficial. Vamos, que los deportistas saben pasárselo bien. Y, cuando se ven cosas como estas todavía se entiende mejor que las olimpiadas sean eventos calientes.
Así que ya sabéis, amigos: un motivo más para hacer deporte. Mucho más persuasivo que lo de sentirse bien, alcanzar la gloria o modelar el cuerpo.
Fuente: nopuedocreer
Jajaja que gran nota! Mira de lo que se viene a enterar. Sin duda un gran aporte pero esto es muy cierto y no necesariamente al nivel mundial. El solo hecho de tener que ir a unas olimpiads regionales aumenta bastante el sexo.
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