Hace unos cuantos años era impensable que la mayoría de los pagos se realizasen a través de tarjetas de crédito o débito, en gran parte por las comisiones que los bancos cobraban a sus clientes: tanto al que quiere pagar con la tarjeta (con el mantenimiento de la misma), como el que quiere cobrar, que en algunos casos era posible que superase el propio cobro.
Este problema poco a poco se ha ido diluyendo, aunque en algunos casos todavía no nos permiten hacer pagos con tarjeta si la cantidad es pequeña. Aún así, los métodos de pago tienen que seguir evolucionando y la idea de Fredrik Palmblad parece realmente interesante y curiosa. Se trata de un pequeño dispositivo (similar a una memoria USB) que nos permitiría hacer pagos, simplemente conectándolo a otro dispositivos similar y tecleando en su pantalla la cantidad a transferir.
Es de suponer que el dispositivo tendría que contar con una tarjeta SIM o algo similar, para poder conectarse con nuestro banco y autorizar la operación (algo similar a los TPV inalámbricos que vemos en algunos establecimientos), y suponemos que habría que trabajar un poco en los sistemas de seguridad, pero para los usuarios sería una forma muy cómoda, sobre todo si tanto los usuarios particulares como las empresas pudiesen disponer de una unidad en su bolsillo.
De todas formas esto no es más que un concepto y no sabemos si algún día lo veremos en el mercado. La idea está ahí, ahora falta que alguien con dinero se fije en ella y comience su producción.
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