Cupcake, donut, éclair y froyo son los nombres de las versiones de Android. La última, gingerbread, se ha presentado esta semana con Nexus S, un móvil Samsung de cuatro pulgadas y tecnología de corto alcance NFC para pagar con el terminal. El responsable de toda esta repostería es Andy Rubin, creador del software que Google compró en 2005 y luego transformó en el eje central de su estrategia en el móvil. Dos años después del lanzamiento del primer teléfono, el HTC Dream, Android ya domina un 25% del mercado mundial, supera de largo a Apple, alimenta 100 modelos de smartphones y activa 300 mil unidades al día.
Se niega a dar cifras, como el número de ingenieros en sus filas. "Calcula, caben en este edificio", sonríe mirando al techo. Tampoco confirma si será capaz de arrebatar a Symbian el primer puesto mundial en 2015, como predice la consultora Gartner. "Android es completamente abierto, tenemos todos los ingredientes para crecer de forma masiva". Eso sí, lanza unos cuantos recados a sus competidores: "Symbian se ha retirado a ser solo el sistema operativo de Nokia. Verá una distribución limitada. Y Windows Phone 7 no deja personalizar, todos parecen iguales... El mundo no necesita otra plataforma, solo quedarán dos o tres sistemas operativos en el móvil".
Al hablar de iOS de Apple su tono se vuelve filosófico. En octubre, Steve Jobs explotó contra Google acusándolo de confundir a la gente al decir que iOS es cerrado y Android abierto. "En realidad, iOS es integrado y Android muy fragmentado", precisó Jobs. Rubin respondió en Twitter dos horas después, colgando el enlace a la página de descarga de Android. "Lo hice porque esa es mi definición de abierto: coger el código fuente sin pagar licencia y hacer con él lo que quieras. Cualquier fabricante lo puede hacer. iOS solo funciona en un producto Apple, esa es mi definición de cerrado y propietario".
Fabricantes y operadores la aprovechan para modificar el sistema a su antojo y convertirlo en un nuevo entorno cerrado, dando prioridad a sus contenidos. Tal vez por eso su tienda de aplicaciones todavía no ha sido capaz de recortar la diferencia de 200.000 que le separan de la de Apple. "Ser la segunda tienda del mundo tampoco está mal", dice pensativo.Al hablar de iOS de Apple su tono se vuelve filosófico. En octubre, Steve Jobs explotó contra Google acusándolo de confundir a la gente al decir que iOS es cerrado y Android abierto. "En realidad, iOS es integrado y Android muy fragmentado", precisó Jobs. Rubin respondió en Twitter dos horas después, colgando el enlace a la página de descarga de Android. "Lo hice porque esa es mi definición de abierto: coger el código fuente sin pagar licencia y hacer con él lo que quieras. Cualquier fabricante lo puede hacer. iOS solo funciona en un producto Apple, esa es mi definición de cerrado y propietario".
La siguiente meta pasa por las tabletas. Honeycomb (colmena, en inglés) será la versión mejorada para estos equipos, aunque Rubin desmiente los rumores sobre el lanzamiento de una tableta de Google. "No veo la necesidad, solo pondremos nuestro logo en el producto de un socio si este nos lo pide".
Con vistas al futuro, la estrategia es clara: un sistema para múltiples equipos. "Esa es la clave, el desarrollador que trabaja con nosotros sabe que sus aplicaciones funcionarán en móviles, televisiones, tabletas, netbooks..." Son muchos sectores, ¿no suena a monopolio? "Todo lo contrario. No controlamos nada, Android es libre".
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