El problema es que como un tonto fui de los que se compró un iPhone 3G el día de su lanzamiento, en el que Movistar se aprovechó de los primeros compradores dando sólo un contrato de permanencia de 2 años con sus 24 meses incluidos. He aprendido la lección a base de error, este ha sido mi último teléfono que compro con la “ayuda” de una operadora, porque es falso que te ahorras dinero, es falso que es mejor comprarse un teléfono con una operadora y las exclusividades lo único que provocan es crear un mercado fragmentado.
En España somos unos mimados, estamos tan acostumbrados a ver móviles por 0€ en ofertas de operadoras, o incluso móviles a 300€ con la ayuda de la operadora que creemos que de verdad nos están haciendo un favor. Al contrario, vamos a pagar con casi total seguridad más dinero de lo que deberías.
Las operadoras invierten en traer terminales con ayudas a cambio de contratos de permanencia, estos contratos te “obligan” a estar una serie de meses con ellos bajo una penalización por cerrar el contrato, pasado un tiempo esa cláusula caduca (no esta presente en todas las operadoras) y para darse de baja tan solo tienes que devolver el dinero que ellos invirtieron en ese terminal, bien, eso es justo.
El problema es cuando un terminal sale en exclusiva con una sola operadora, ahí es cuando te tienen pillado, saben que quieres ese terminal y que al final pasaras por 18 o 24 dolorosos meses de contrato.
La excusa más típica que suelo escuchar cuando discuto esto con otras personas es que “los móviles son muy caros”. Los móviles no son caros, puede que desembolsar 400 o 500 euros de una vez por un terminal pueda parecer exagerado, ¿pero durante cuantos años estarás disfrutando de ese terminal? ¿Y al día durante cuantas horas estarás usándolo? De verdad no vale un teléfono 500 euros por dos años de uso, por más de 15 horas de uso al día que te permite tomar fotos, hacer llamadas, grabar vídeos, conectarte a redes sociales… Y aquí puedes pensar en cualquier teléfono, en la marca que desees, ni hablo del iPhone ni de un Nokia, simplemente pon en mente el teléfono que deseas.
Sólo cuando te das cuenta de lo mucho o lo poco que usas un teléfono en tu vida, eres capaz de comprender que el precio esta justificado por la tecnología que usa y por su uso día a día. Si en España, como en otros países Europeos, estuviese prohibido vender terminales bloqueados por operadoras o con permanencias, seguramente a las operadoras les iría mejor por la competencia.
Ahora bien, no todo es malo. Debemos de entender que sin los contratos de permanencia muchas personas no se podrían comprar un móvil… Espera, no, ¿cómo podemos poner como ejemplo que hay gente que no se puede comprar un teléfono porque es caro? En este caso hablamos de personas que intentan vivir por encima de sus posibilidades, ahorra.
Pero, vale, es cierto que muchos terminales no llegarían o no se venderían mucho si no fuese porque hay cierta operadora que le da su apoyo a cambio de que sea exclusivo, ¿pero eso es bueno? ¿No significa que ese terminal es tan mediocre que necesita de una campaña de publicidad nacional para darse a conocer e intentar convencer a los posibles clientes? A mi me lo parece. Los terminales móviles en un mundo perfecto se deberían vender dando sus características, que las personas comparen de verdad cual es mejor, no por campañas de publicidad multimillonarias que venden móviles como si fuesen donuts y casi te los regalan con los cereales.
Pero este no es un mundo perfecto, mañana te encontrarás grandes campañas de publicidad anunciando móviles que no merecen la pena, operadoras con terminales en exclusiva, contratos abusivos, permanencias larguísimas…
De cualquier forma, aquí queda mi opinión.
Fuente: gizmovil
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